El año 1700,
el rey Carlos II murió sin descendencia, lo que desencadenó la conocida como guerra
de Sucesión española (1701-1715). El conflicto enfrentó a Castilla y
Francia, partidarios de Felipe V (nieto de Luis XIV de Francia) con la
Corona de Aragón y el resto de potencias europeas, partidarias del archiduque
Carlos (hijo del emperador).
La firma del
tratado de Utrecht (1713) puso fin al conflicto y aceptó a Felipe de
Anjou como nuevo rey de España con el nombre de Felipe V. Se producía
así la llegada al trono de una nueva dinastía: la casa de Borbón.
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